GRUPO DE RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO

Antecedentes en la Hermandad del actual Grupo de restauración de Patrimonio:

A finales del siglo XIX (1866), se funda la Congregación de Mujeres. El título con el que aparecen en las Reglas es el siguiente: “Congregación de Señoras Mujeres cuyo objeto es tributar el culto a María Santísima con el titulo del Rosario en el mes de Mayo o de María”.Esta Congregación surge para hacerse cargo de la celebración de los cultos marianos durante el mes de mayo, mientras que la hermandad de hombres siguió organizando los cultos en octubre.

Para entender la importancia de este hecho, hay que tener en cuenta la situación de sometimiento social que vive la mujer de la época que estamos tratando, sobre todo en el medio rural. Las hermanas se integran en una organización formada por ellas, en la que toman sus propias decisiones y que les da la oportunidad de manifestarse de forma autónoma en una actividad distinta a las labores domésticas.

La Mayordoma va a ser el cargo sobre el que recae toda la responsabilidad económica de la Congregación. Además de ella, había dos Alcaldesas (primera y segunda) y ocho Diputadas. Las once formaban “Las Señoras de la Mesa”. En los Cabildos de Elecciones, la Mayordoma tenía que justificar las cuentas ante la congregación y el cura. Presentaba, por separado, la totalidad de gastos e ingresos que se habían producido durante el tiempo que hubiera estado en el cargo. Estas cuentas tenían que ser aprobadas por el cura (hecho que ocurre en todas las ocasiones). Si el saldo de estas cuentas era positivo, quedaba de fondo para que lo gestionara la nueva mayordoma. Si por el contrario, los gastos eran más elevados que los ingresos, lo normal (al no tratarse de cantidades excesivamente elevadas) era que la Mayordoma se lo perdonara a la Hermandad poniéndolo de su propio bolsillo.

El dinero que quedaba de fondo se destinaba a los gastos extraordinarios que la Hermandad pudiera tener en cualquier momento, sobre todo aquellos que por su elevado coste hacían necesario sufragarlos en varias veces, como podía ser la adquisición de ropa para la Virgen, el paso, un manto… etc.

La Congregación de mujeres contaba con varias fuentes de ingresos:

  • Demandas al público, que constituyen la principal fuente de financiación de la Hermandad. Por un lado tenemos las que se llevaban a cabo en las ceremonias religiosas y de las que se obtenían cantidades menores; y por otro lado las que se realizaban por el pueblo casa por casa, que eran donde se obtenían mejores resultados.
  • Cuotas de hermanas,dentro de estas cuotas teníamos los cuartos y las luminarias. Según las Reglas, el cuarto debía pagarse semanalmente pero en la práctica el pago se hacía mensualmente a razón de medio real al mes. La luminaria consistía en dos reales que cada hermana pagaba al año, normalmente antes de Mayo.
  • Rifas.La primera rifa de la que tenemos noticias se produjo en 1869. Se podían celebrar varias a lo largo del año, sobre todo en fechas señaladas como los Domingos de Ramos y Resurrección o los días de las Funciones de Mayo y Octubre. Se sorteaban objetos de poco valor como pañuelos, guitarras, espejos, relojes… así como productos típicos de la zona, pollos, conejos, sandías…Incluso en alguna ocasión se rifaron cerdos y carneros.
  • Demandas a las hermanas.Estas tienen una doble finalidad: pagar los cultos y abonar al cura los importes de las misas y entierros de las hermanas difuntas. Las demandas para las fiestas de octubre se empiezan a hacer en 1879.
  • Limosnas de devotos.Se trataba de pequeñas donaciones que personas devotas hacían a la Hermandad.
  • Cuota de ingreso de hermanas. Consistía en el pago de dos reales que cada hermana debía abonar a la hora de entrar a formar parte de la Hermandad.
  • Trabajo de tierras. Hubo algún momento en que la Hermandad recibió como donación el derecho a trabajar algún terreno y el beneficio que le reportara dicho trabajo. Así lo registra la congregación de 1893 a 1896.

Estas eran las formas que la Congregación tenía para conseguir dinero. Dinero que empleaban fundamentalmente en la celebración de Cultos, la celebración de festejos y la adquisición y arreglo de bienes patrimoniales.

A la celebración de los Cultos es a la que se destinaba una partida mayor de dinero mientras que la adquisición y arreglo del patrimonio suponía un quince por cierto aproximadamente del conjunto total de gastos. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XIX se llevaron a cabo algunas adquisiciones importantes para el patrimonio de la Hermandad. Por citar algunas de ellas, un paso procesional por valor de 1600 reales en el año 1868; una manto para la virgen en 1877 que costó 1500 reales o un vestido para la Virgen de raso azul adquirido en 1893 y que costó 17900 reales.

Foto 1:Página del Libro de Cuentas de la Congregación de Mujeres donde se refleja la compra del manto en 1877.

Es tal el impulso que la Congregación de mujeres imprime a la Hermandad que en poco tiempo llega a absorber toda la actividad de la misma, haciendo que los hombres se vayan integrando poco a poco dentro de la Congregación de mujeres, sobre todo a partir de 1885. En los primeros años del siglo XX, ya tenemos una perfecta integración de hombres y mujeres en una misma congregación bajo las Reglas fundacionales de 1616.

Foto 2:Página del Libro de Cuentas de la Congregación de Mujeres donde se reflejan la compra de candelabros dorados de 5 luces con guardabrisas en 1877.

Durante la primera mitad del siglo XX la Congregación de mujeres van a ir, poco a poco, ocupando un papel secundario en la estructura organizativa. Por el contrario, los hombres, es decir, la Junta de Gobierno va a ir tomando más protagonismo, pasando de ser simples valedores de lo legal a ser realmente gobierno ejecutivo de la Hermandad.

Foto 3:Página del Libro de Cuentas de la Congregación de Mujeres donde se reflejan la compra de peana y cajón para el paso en 1885.

  • El Grupo de Restauración de Patrimonio en la época actual:

A partir de la segunda mitad del siglo pasado y de manera muy significativa al final del mismo y principios del XXI hasta llegar a la actualidad, un grupo integrado mayoritariamente por mujeres y siguiendo el ejemplo de aquella congregación de Mujeres ha dirigido sus esfuerzos, fundamentalmente, hacia la conservación del patrimonio artístico de la hermandad, el ajuar de la Virgen y la adquisición de nuevos objetos para dignificar los cultos. Se realizan proyectos concretos, los cuales son sometidos a la aprobación de la Junta de Gobierno de la Hermandad y una vez aprobados, son ellas las responsables de recabar, en base al proyecto aprobado, la financiación del mismo, las que lo encargan y las que lo dirigen en su totalidad y hasta su conclusión, en cuyo momento son entregados al patrimonio general de la Cofradía.

Por citar algunos de estos proyectos ya realizados, podríamos destacar, el manto verde de salida de mayo (año 1983); el baño en oro de ley de la Ráfaga y Corona de plata sobredorada (obras de Fernando Marmolejo Camargo, del año 1972); la toca de maya bordada en oro (2001); la sustitución de la antigua bandera, deteriorada por el paso de los años, por una nueva también bordada en oro (2002); el soporte de sujeción de los cortinajes (conocido como “El Regina” por la inscripción que lleva bordada: REGINA SACRATISSIMI ROSARII) y dosel del Altar Mayor para los cultos de Octubre (2003); restauración del altar de cultos (2004); restauración del paso de mayo (2007) y por último la compra de una peana para el altar de cultos y besamanos de la Santísima Virgen y la Restauración y enriquecimiento de la “Saya Blanca” (2008). También hay que agradecer a este grupo de hermanas la adquisición de objetos y enseres de menor envergadura pero no menos importantes, como son paños para la mesa de altar y plan de altar de la capilla, algunas piezas de joyería, tocados, etc.

Para financiar estos proyectos, se mantienen algunas de las fórmulas que empleó la congregación de mujeres en sus comienzos, como son las rifas, las demandas a las hermanas (aunque con una finalidad distinta a la que tenían en origen) y las limosnas de devotos, y aparte de estas la elaboración de pestiños artesanos en fechas puntuales del año (Cuaresma, Rosario de la Aurora y Festividad de la Inmaculada). En ocasiones, también se han hecho cargo del ambigú que se instalaba con la cruz de mayo, así como el de las carreras de cintas a caballo.

Con mucho trabajo, tesón y amor en todo lo que hacen, es como este grupo de Restauración, heredero de aquella Congregación de Mujeres, ha llegado a nuestros días.